Mi último trabajo en texto ha sido una colaboración con un gran artista de la escena del cómic en España Miguel B. Nuñez y del que me siento especialmente orgullosa porque aprecio mucho su trabajo. Además el tema tiene varias lecturas y no son excluyentes unas de otras.
Espero que os guste.
Por cierto recomendar esta revista de edición digital de momento, que se publica en Sevilla BUK MAGAZINE
Exudo cuando te miro porque en tu reflejo veo mi proyección y no cejo en el empeño de babear ideas que recogidas con embudo caben en un recipiente color opaco. Me muerdo el labio buscando ese trozo de piel que arrancar, cuando lo que pretendo es perfeccionar la superficie y termino dejando cráteres que a su paso recogen tinta de uva que uso para olvidar. Exudo viscosamente porque no sé hacerlo de otra manera.
Me marché con la cara cruzada y no por el hecho de que intentara besarte sino porque lo conseguí. Y esa mala bestia que tenías al lado que no valía ni la mitad de su peso en mierda me abofeteo como una damisela indignada, así que yo me recoloqué y sin ni siquiera dignarme a mirarle te di mi número y me marché.
Pertenezco a ese estrato de gente que quiere morir, pero no de viejos. A ese estrato de gente que le dicen que no hagan esto y lo hacen y muy a su pesar descubren que el chicle no te pega las tripas, que al ladrón no le descubren siempre y que si aterrizas o despegas con aparatos electrónicos encendidos no te mueres.
Ilustración: Gemma Araceli Horcajo
Texto: Alixe Lobato
Guadalupe era una inconsciente consciente, al principio manejaba los hilos por instinto, ella no quería ver que no podía estar con nadie. Ramírez fue su primera víctima, víctima de amor; aunque Joaquín Reyes fue quien ordenó el disparó fueron las sensuales palabras de Guadalupe las que alentaron a Reyes de que consiguiera el premio gordo, la chica. Con las tácticas a las que estaba acostumbrado y con sus lacayos de la droga, cambió un par de kilos de piedras de blanka por una mano ilusa con revolver para conseguir a una pequeña niña mexicana que traía a todos de cabeza, posesión hasta entonces de Ramírez, un narco de poca monta del lugar que tuvo la desgracia de caer en las redes de Guadalupe.
Ahí Guadalupe fue consciente de su poder, y con la cabeza recta sin mirar abajo derramó unas lágrimas secas teñidas por su deseo de llegar a su destino: el Sr. Ordoñez, mientras en procesión seguía a las demás mujeres en el entierro.
Cayendo al vacío por los Estúpidos sin Sentido
Se les fue el nombre, se les perdió el rostro y se miraban como si fuera la primera vez.
Se observaban tímidamente mientras descendían rápidamente, pensando que quizá tirarse no había sido la mejor opción, en ese momento antes de caer al suelo se dieron cuenta de que estaban enamorados.
fotografía de alixe lobato
Aquí el link de mi nueva exposición que espero esté en más sitios en breve.
http://www.salasvipbarajas.es/promociones.aspx?id=4
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